Mientras la inseguridad y la violencia en el norte del estado no solo continúa, sino que crece frenéticamente, no parece haber acuerdos en la materia entre el gobernador Carlos Joaquín y la presidenta municipal, Laura Beristaín.
El principal punto de discordia es el Centro de Control Comando, Comunicación y Cómputo (C4), que el anterior Cabildo cedió al Gobierno del estado.
A la par, el Gobierno del estado insiste en el esquema de ‘mando único’, en el que, al parecer, ya están de acuerdo la mayoría de los ayuntamientos, y en caso de ser así, lo más lógicos es que los C4 estén bajo el control de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública (SESP).
Pero, la alcaldesa Laura Beristaín, bajo el paraguas de la autonomía municipal, no parece estar de acuerdo que el Gobierno del estado continué con el C4 de Solidaridad, ni con el mando único y además establece que solo seguirá las instrucciones del próximo secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo.
Pero, Laura Beristaín cae en tremenda contradicción al alegar a su favor la defensa de la autonomía municipal frente al Gobierno del estado, cuando al mismo tiempo se suma a una política centralista-partidista, al establecer con solo acatará lo que venga de Ciudad de México, de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
Por un lado, defiende la autonomía municipal, pero por el otro lado se inclina al centralismo.
Y lo que urge es una policía preventiva eficiente en Solidaridad y no seguir jugando a las ‘vencidas’.
