En su estreno, como dirigente estatal de Morena, Ricardo Velazco hizo uso de su ya larga política para ‘sacar’ dos temas que se le estaban complicando demasiado a este partido.
Aun con pataletas de ciertos ‘morenistas’ de Chetumal y la intentona injerencista de los ‘illuminati’ de la ’22 de Enero’, finalmente se impuso la ley para que Otoniel Segovia quedara como presidente municipal interino de Othón P. Blanco.
Por otra parte, se evitó ‘infiltrados’ en la lista de candidatos de mayoría, y si bien hay dos-tres ‘prietitos en el arroz’ se privilegió a los ‘morenistas fundadores’.
Morena-QR estaba a la deriva y la designación de Ricardo Velazco fue en el momento preciso, justo en el día del ‘tsunami’ de registros de aspirantes.
Aunque el camino aún largo en Morena, que para empezar tiene que institucionalizarse.
Por lo pronto, Ricardo Velazco va de 2-2.
