JAPÓN.- El emperador de Japón Akihito anunció la conclusión de sus funciones tras hacer oficial su abdicación que anunció en 2016 argumentando problemas de salud, publicó Proceso.
Al dirigir sus últimas palabras en el cargo, en la ceremonia de abdicación realizada en el Palacio Imperial, Akihito dijo sentirse “afortunado” de haber desarrollado sus funciones “con un profundo sentido de confianza y de respeto hacia el pueblo”.
“Hoy concluyo mis funciones como emperador”, dijo al inicio de su breve intervención ante 294 participantes en la ceremonia, entre ellos representantes de la familia real y de los tres poderes del Estado.
“Espero, junto a la emperatriz, que la era Reiwa que comienza mañana sea una época estable y fructífera. Rezo con todo mi corazón por la paz y la felicidad del pueblo en Japón y en todo el mundo”, fueron sus últimas palabras oficiales como jefe de Estado.
Tras agradecer palabras del primer ministro nipón, Shinzo Abe, quien le antecedió en la ceremonia, Akihito, de 85 años, agradeció también al pueblo nipón “por apoyarle y aceptarle en su papel como símbolo del Estado”.
La ceremonia de abdicación se celebró en el Salón Pino, el mayor y de más altura del Palacio Imperial de Tokio, y duró de poco más de diez minutos.
Los chambelanes presentaron dos de los Tres Tesoros Sagrados que Akihito ha custodiado durante sus tres décadas en el trono y que simbolizan el poder del cargo, además de los sellos imperiales empleados para firmar documentos oficiales.
El acto concluyó cuando Akihito abandonó la sala acompañado por los chambelanes que portaban los cofres con los Tesoros Sagrados, y seguido por Michiko y los otros miembros adultos de la familia imperial.
De acuerdo con el protocolo imperial nipón, Akihito será emperador hasta la medianoche de hoy, mientras que la proclamación de su primogénito y príncipe heredero, Naruhito, tendrá lugar el miércoles a partir de las 10:30 hora local.
En 2016 Akihito anunció que su edad y problemas de salud le impedían cumplir cabalmente sus funciones como emperador.
Tras ese anuncio por televisión se dieron decisiones políticas para su abdicación, una posibilidad que no estaba contemplada en el esquema legal entonces vigente, hasta que fue aprobada una ley específica en ese sentido. Un acto de abdicación no ocurría desde hace 200 años en Japón. (Fuente: Proceso)