Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO, MX.- El Banco de México disminuyó la expectativa de crecimiento del país a un rango de 0.8 a 1.8 por ciento, con un punto medio de 1.3 por ciento, desde el 1.1 a 2.1 por ciento estimado a principios de año.
La razón de la revisión es un desempeño más bajo de la economía en el primer trimestre frente a lo previsto, explicó Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.
“El ajuste para el crecimiento de este año refleja principalmente el dato del primer trimestre que fue menor respecto a lo previsto y que en parte está asociado a factores de carácter transitorios”, expuso en conferencia.
La contracción de la actividad económica se atribuye a la moderación del crecimiento de la economía global y factores de carácter transitorio como el desabasto de gasolina en enero, los bloqueos a las vías férreas en Michoacán y los conflictos laborales en Matamoros, afirmó.
En el primer trimestre, las exportaciones se desaceleraron por un entorno de menor dinamismo del comercio mundial y de persistencia de tensiones comerciales, explicó.
Además, se registraron retrocesos trimestrales en los envíos automotrices, así como un estancamiento en el resto de las exportaciones manufactureras.
Ante la menor expectativa de crecimiento también se revisaron a la baja las expectativas de empleo.
A inicios de año se esperaba que en 2019 se crearan entre 620 mil y 720 mil nuevos empleos formales, mientras que ahora se prevén entre 530 mil y 630 mil nuevos empleos, refirió.
Hay riesgos que pueden disminuir aún más el crecimiento económico, explicó Díaz de León.
Entre éstos destaca la incertidumbre respecto al posible surgimiento de nuevas disputas comerciales, nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales o una desaceleración mayor a la esperada de la economía y el comercio globales.
A nivel regional, uno de los mayores riesgos es el retraso en la implementación del acuerdo comercial alcanzado con EU y Canadá, lo que afectaría la inversión, según indicó el gobernador.
A nivel nacional hay riesgo de que se deteriore el actual ambiente de incertidumbre interna que ha afectado a la inversión o que se presenten más huelgas, disrupciones a las vías de comunicación o a la distribución de combustibles.
Finalmente, el deterioro de la calificación de la deuda de Pemex es un riesgo que podría complicar la situación financiera de la empresa, con una posible repercusión negativa para la calificación de las notas crediticias de otras empresas productivas del Estado o en la de la deuda soberana, analizó.
