Pemex es el ‘mayor dolor de cabeza’ de la 4T… y podría convertirse en un ‘cáncer incurable’, dice Jonathan Heath

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CIUDAD DE MÉXICO, MX.- En el marco de una recuperación económica que podría durar de dos hasta seis años, Petróleos Mexicanos (Pemex) “es el mayor dolor de cabeza de este gobierno”, aseguró Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, publicó La Jornada.

Agregó que el problema es la diferencia de perspectiva. El gobierno no lo ve como un dolor de cabeza, sino como un motor de crecimiento hacia el futuro, “lo cual es prácticamente imposible”, zanjó el economista.

Aún se está a tiempo de que la petrolera no se vuelva “una migraña” incluso “un “cáncer incurable”, por ello se necesita “un acuerdo definitorio, estructural, permanente” a este problema, dijo en un seminario convocado por la firma de riesgo Moody’s.

Por su parte, Ariane Ortiz-Bollin, analista senior de Riesgo Soberano en la calificadora, recalcó que el principal factor de riesgo para la nota crediticia de México son los recursos de salvamento a Pemex.

El apoyo es “sustancial y recurrente” e implica de uno a dos por ciento del producto interno bruto (PIB). El problema es que las transferencias de recursos sólo van a tapar los huecos de deuda que brotan de la petrolera y no se dirigen a incrementar producción y reservas, agregó.

Hacienda “más optimista que el optimista”

Tras advertir que los supuestos macroeconómicos de los que partió la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para diseñar el paquete económico implican “presupuestos difíciles de lograr”, ya que sólo la caída de 8 por ciento prevista para 2020 es “más optimista que el más optimista” diagnóstico de instituciones financieras, Jonathan Heath destacó que hay tres preocupaciones centrales para el marco macroeconómico: el crecimiento, que se recupere el consumo sumado al empleo y la inflación.

Heath advirtió que 2021 “será casi igual de difícil que 2020”. Y “va a marcar la diferencia entre un escenario de recuperación de dos a seis años”. Gran parte depende de las medidas que tome el gobierno federal porque del lado del Banco de México “no hay mucho más que podamos hacer”, pues la política monetaria ya prácticamente es expansiva.

En el corto plazo subrayó que las exportaciones se perfilan a ser el único motor de crecimiento; en el mediano será fundamental la reactivación del consumo de los hogares –y aparejado a ello del empleo– y en adelante también gira en torno a incentivar la inversión.

Sobre los precios al consumidor, dijo que más allá de un fenómeno inflacionario se está viviendo recomposición de los precios relativos por consumo demanda y cambio en los patrones de consumo, lo cual no se estabilizará sino hasta que termine el confinamiento impuesto por la pandemia de coronavirus.

Ortiz-Bollin recalcó que lejos del gasto y la austeridad, por el momento lo que más preocupa en el caso de México es la tasa de crecimiento. Según las estimaciones de Moody’s, el país arrastrará la recuperación más lenta del G-20; se estima que la crisis dure hasta tres años.

La firma prevé que la economía mexicana caiga hasta 10 por ciento en 2020 y se dé una recuperación en V a 3.6 por ciento en 2021. De ahí en adelante crecerá debajo de 2 por ciento, según las proyecciones de la calificadora.

Subrayó que la austeridad con la que se maneja el gobierno federal “no es sostenible en el tiempo”, ya sea con el uso del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) o con el remanente del Banco de México. Son recursos de una vez. Mientras lo que Moody’s revisa es la sostenibilidad a largo plazo, dijo.

Sin embargo, Ortiz-Bollin reconoció que el país tiene mejores indicadores que otras economías con las que comparte su calificación Baa1 –la cual se dio en abril, tras caer de A3. Declaró que esta nota, tres escalones por encima de grado especulativo– probablemente no se moverá en 18 meses o más. (Fuente: La Jornada)

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