KANTUNILKÍN, MX.- Pobladores locales, con el conocimiento de autoridades sanitarias municipales, aunque sin su supervisión, llevan a cabo una práctica, propia de esta zona de Quintana Roo, donde exhuman los restos de sus difuntos, para darles una nueva y definitiva morada.
La práctica, una añeja tradición en este poblado del norte de Quintana Roo, no está, al parecer, relacionada con la similar costumbre del vecino estado de Campeche, de desenterrar anualmente a sus muertos, “bañar” sus restos y volverlos a depositar en su tumba original.
En entrevista con Infoqroo, una de las personas que llevan a cabo esta atípica práctica, Fredy Poot Pech, expresó que se trata de una tradición derivada de una creencia (no precisó su origen), mediante la cual, los pobladores “encargan” la exhumación de los cadáveres de sus seres queridos a “especialistas” como él.
La extracción de los restos ocurre, explicó, a partir de los cuatro años de la muerte.
La exhumación, explicó, tiene como propósito limpiar los restos óseos del difunto, una extraña tradición que muy pocas personas tienen el valor de realizar, porque es algo complicada y laboriosa.
Inicia desde la excavación, hasta abrir el ataúd y sustraer cada hueso para limpiarlo y colocarlo en una caja de madera, previamente armada.
Esta semana, Poot Pech fue requerido por la familia Euán Chan, de la que uno de sus dos abuelos cumplió cuatro años de haber fallecido.
A solicitud de los Euán Chan, sustrajo los restos para colocarlos en una caja de madera para y ponerlos en otro nicho en donde permanecerá, ahora sí, “por toda la eternidad”.
Luego de 20 minutos de excavar, Poot Pech llegó al ataúd y, antes de abrirlo, se lavó las manos y la cara con alcohol, para protegerse del “mal viento” y, al mismo tiempo para evitar eventuales enfermedades.
Cuidadosamente, sacó los huesos, empezando por el cráneo que limpia con telas blancas, para colocarlo en la citada caja de madera.
Una vez que está llena de los restos óseos, los coloca en otro nicho del panteón y, en ningún momento los vuelve a enterrar, y, así, la fosa original queda disponible para enterrar a otros difuntos.
En este sentido, el panteón local tiene más de 500 nichos con restos óseos, algunos tienen hasta cuatro cajas ya que, por ser familiares no los separan, sino que permanecen juntos para que, al ser visitados por sus familiares, en un solo lugar puedan “convivir” con todos sus difuntos.
Entrevistado al respecto, el Coordinador Municipal de Salud, Juan Lorenzo Aguilar Blanco, reconoció estar enterado de la práctica.
Dijo que en la nueva caja solo deben permanecer los huesos e hizo votos porque la extracción no libere malos olores o enfermedades que pongan en riesgo a las personas que se dedican a esta actividad.
Reconoció que esta labor es algo extraña, pero dijo que respetan las creencias y tradiciones, aunque también consideró que las familias deberían avisar a las autoridades de salud sobre la exhumación.
Ello, para desinfectar la zona o los huesos, antes de ser tocados, que quienes hagan la exhumación usen guantes para prevenir posibles contagios de alguna enfermedad.
“Aunque nadie se ha enfermado por realizar esta labor, es mejor prevenir y evitar problemas”, recomendó. (Infoqroo)