Por Karla Acevedo y Carlos Meade | Tulum Sostenible, S.C.

De todos es sabido que las actividades de los servicios turísticos implican una enorme generación de desechos de todo tipo. Empezando por la emisión de gases de efecto invernadero, derivados de los vuelos y la movilidad terrestre de masas de vacacionistas. Como en otras muchas áreas del desarrollo industrial, la tecnología del transporte deberá cambiar para hacerse sostenible. Esto, por ahora, parece algo ajeno y fuera de control para el resto de los servicios turísticos. Lo que, en cambio, sí es un área de responsabilidad directa de todos los servicios es el de la generación de residuos sólidos, que también implica un fuerte impacto si su manejo no es el apropiado, sobre todo en entornos ambientales de alta fragilidad, como es el caso de los destinos turísticos de Quintana Roo.

A pesar de que existe un marco jurídico que establece responsabilidades para los pequeños y los grandes generadores, la autoridad se muestra muy laxa para aplicarlo con el rigor que la problemática demanda. Quizá en parte porque el propio gobierno no tiene la capacidad de recolección ni de confinamiento ambientalmente adecuado de los residuos sólidos urbanos.

Para observar la dinámica de esta problemática asomémonos al caso de Tulum, el destino que mayor crecimiento poblacional y urbano presenta a nivel nacional. Veremos, primero, que es la velocidad del crecimiento uno de los factores que mantienen a los servicios públicos rezagados para recolectar y confinar las 200 toneladas de residuos sólidos que diariamente se producen.

La cuadrilla de camiones es insuficiente y un alto porcentaje de los residuos ni siquiera llega al relleno sanitario, siendo su destino la selva alrededor de la ciudad, donde la población los deposita al no contar con el servicio de recolección.

El relleno sanitario no ha tenido un manejo mínimamente inteligente, por lo que muchos materiales que podrían ser valorizables y reciclables, terminan convertidos en basura, ocupando un volumen en el relleno. Por ello, la vida útil de esta infraestructura ha sido muy corta, apenas 2 años, cuando podría haberse prolongado por al menos 8 o 10 años.

Con un relleno saturado y una celda emergente también rebasada, con alrededor de 100 vertederos clandestinos, con un alto porcentaje de viviendas que incineran sus desechos y con un enorme grupo de grandes generadores que no cumplen con los planes de manejo que la ley exige, Tulum se encuentra amenazado por una creciente contaminación que abarca el aire que respiramos, el suelo que pisamos y el gran acuífero del que obtenemos el agua que usamos todos los días, y que es, también, un gran atractivo turístico.

A pesar de este escenario tan adverso, algunos colectivos ciudadanos, como la Cooperativa Tulum Sostenible, están apostando por dar un golpe de timón para encarar la problemática con otros ojos, otras herramientas y otra actitud ciudadana. La viabilidad de esta gestión social se ampara en 2 hechos: la hotelería es un gran generador de residuos, su volumen y la calidad de los materiales, que pasan de las instalaciones a la zona de acopio sin ensuciarse, son una oportunidad para canalizar a reúso y reciclaje a muchos de estos materiales; por otro lado, existe un porcentaje muy significativo de pobladores que son conscientes de la importancia del buen manejo de los residuos sólidos, y que está dispuesto a colaborar para ello.

El alto volumen de generación y la calidad de los materiales son una oportunidad para crear empresas de comercialización, procesamiento y reciclaje, lo que ya está sucediendo en pequeñas iniciativas que poco a poco se están abriendo paso en Tulum.

En las colonias, por otra parte, están surgiendo grupos con pequeñas iniciativas de manejo, recolección y composteo.

Estos colectivos, sumados a los esfuerzos de organizaciones civiles, han logrado también establecer el comité de ecología municipal, uno de cuyos capítulos es de los residuos sólidos. Allí se ha presionado para que el municipio dé seguimiento a la elaboración del Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS), el cual ya está en elaboración.

Como parte del proceso, la Cooperativa Tulum Sostenible ha visto la oportunidad de establecer infraestructuras de acopio temporal de reciclables en las colonias, acompañando esta acción de una intensa campaña de sensibilización hacia la problemática y de una capacitación para el manejo de la infraestructura de acopio; un programa que se ha dado a conocer como Puntos Limpios, ya que eso es lo que se busca, que los materiales valorizables a nivel local se manejen en una cadena limpia, siendo separados desde los hogares y entregados limpios y secos para que un recolector los canalice a su reciclaje.

En esta tarea, se ha logrado contar con el apoyo de la GIZ (Agencia de Cooperación Técnica Alemana), de las empresas FEMSA, Coca Cola, Tetra Pak y Geocycle, de la consultora SUEMA, además de la asociación civil Organi-K y de un grupo de empresas hoteleras locales. También se ha contado con el apoyo del H. Ayuntamiento, que ha facilitado el uso de las área públicas donde se encuentran los Puntos Limpios.

En una próxima entrega abordaremos más a fondo los objetivos, estrategias y resultados del programa Puntos Limpios Tulum.

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