Por Rafael Briceño
CHETUMAL, MX. – Tras manifestar su sorpresa por la decisión de los ejidatarios de Morocoy de instalar su propia caseta de cobro a la entrada de Dzibanché, el delegado del INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón lamentó que esta actitud pudiera afectar la intención de los visitantes de llegar a la zona arqueológica.
Anticipó que este miércoles reanudarán la mesa de diálogo, con la intervención de la Secretaría de Gobierno, para conocer los argumentos por las cuales decidieron instalar su propia caseta de cobro y que no hayan caído en alguna ilegalidad.
Recordó que, tras la solicitud de los ejidatarios, la empresa Aviomar ofreció entregar al núcleo ejidal dos dólares por cada visitante que entrara a la zona siempre y cuando hubiera una contraprestación.
Como los ejidatarios no estaban preparados para ello, la Secretaría Estatal de Turismo preparó el diseño de un parador turístico para que se ofrecieran diversos productos artesanales en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico y el INAH les ofreció la administración del pequeño museo comunitario, detalló.
Agregó que por la pandemia, los ejidatarios no le dieron seguimiento al proyecto ni hubo interés porque los ejidatarios no estaban preparados para ofertar algo en el armador turístico.
Molina Rendon reiteró que fue sorprendente la decisión de los ejidatarios de Morocoy ya que no estaba en el orden del día de su asamblea el cierre de la carretera ni tampoco la instalación de la caseta de cobro.
Esta semana teníamos previsto una reunion para tomar acuerdos respecto a un predio que de acceso al estacionamiento de la zona arqueológica pero los ejidatarios se negaron a aceptar el oficio, detalló.
El director del INAH dijo que los ejidatarios deben tomar en cuenta la normatividad del Registro Agrario Nacional y la Procuraduría Agraria y del INAH y respeten el poligonal de la zona arqueológica “y sepan que las zonas arqueológicas y monumentos históricos son propiedad de la nación y corresponde al INAH su protección, administración y difusión y el cobro de acceso”.
Consideró que la decisión de los ejidatarios puede ocasionar el desanimo de visitantes a la zona “y que sus expectativas de grandes ingresos no se logren porque haya desánimo e inhiban la llegada de visitantes a la zona”. (Noticaribe)
