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La transición de la salida de los militares y el regreso de los civiles a la seguridad del estado, ha desatado a la delincuencia.
Y si bien, el general Carlos Bibiano Villa Castillo, quedó a deber en el combate de la delincuencia, el crimen ya no respeta nada.
En plena gira del presidente Felipe Calderón, fue emboscado en la carretera, cerca de Bacalar, un integrante del crimen organizado, por una banda rival.
Y horas más tarde, durante el festejo en Cancún, del cumpleaños 32 del Gobernador, delincuentes bloquearon el arco vial de Playa del Carmen, para “levantar” a un adversario.
Este “pico” de las actividades de la delincuencia organizada, ocurre cuando se aproxima el regreso de Salvador Rocha Vargas al frente de la Secretaría estatal de Seguridad Pública.
Y mientras, hay una definición, la delincuencia actúa a su libre albedrío.

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