CABO CAÑAVERAL, MX – El administrador de la NASA, Charles Bolden, tiene una recomendación sobre cómo manejar una emergencia como un enorme asteroide que se dirija hacia la ciudad de Nueva York: Recen.
Eso es todo lo que Estados Unidos -o cualquier otro país- podría hacer en este momento sobre asteroides y meteoritos desconocidos que podrían viajar en rumbo de colisión con la Tierra, dijo el martes Bolden en una audiencia ante legisladores del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes.
Un asteroide que se estima habría tenido 17 metros de diámetro estalló el 15 de febrero sobre Cheliábinsk, Rusia, generando ondas de choque que rompieron ventanas y dañaron edificios. Más de 1.500 personas resultaron heridas.
Posteriormente ese día, un asteroide más grande y no relacionado, que había sido descubierto el año previo, pasó a unos 27.681 kilómetros de la Tierra, más cerca que los satélites de televisión y el clima que orbitan el planeta.
Los eventos “sirven como evidencia de que vivimos en un sistema solar activo con objetos potencialmente peligrosos que pasan por nuestro vecindario con sorprendente frecuencia”, dijo el representante Eddie Bernice Johnson, un demócrata de Texas.
“Tuvimos suerte de que los eventos del mes pasado fueron simplemente una coincidencia interesante en lugar de una catástrofe”, dijo el presidente el comité, Lamar Smith, un republicano de Texas, quien convocó a la audiencia para saber qué se está haciendo y cuánto dinero se necesita para proteger mejor al planeta.
La NASA ha hallado y está siguiendo a cerca de un 95 por ciento de los objetos más grandes que vuelan cerca de la Tierra, aquellos que tienen un diámetro de 1 kilómetro o más.
“Un asteroide de ese tamaño, un kilómetro o más, podría de forma plausible terminar con la civilización”, dijo el asesor de ciencias de la Casa Blanca John Holdren a legisladores en la misma audiencia.
Pero cerca de un 10 por ciento de un total estimado de 10.000 posibles asteroides “mata ciudades”, aquellos con un diámetro de 50 metros, han sido hallados, agregó Holdren.
En promedio, objetos de ese tamaño caen sobre la Tierra una vez cada 1.000 años.
“A partir de la información que tenemos, no sabemos de un asteroide que vaya a amenazar a la población de Estados Unidos”, dijo Bolden. “Pero si eso ocurre en las próximas tres semanas, recen”, agregó.
Además de aumentar sus esfuerzos de observación y armas sociedades internacionales, la NASA está buscando desarrollar tecnologías que desvíen a un objeto que podría viajar con curso de colisión con la Tierra.
“Las posibilidades de que un objeto cercano a la Tierra nos golpee provocando una enorme cantidad de víctimas y destrucción de infraestructura son muy pequeñas, pero las potenciales consecuencias de tal evento son tan grandes que tiene sentido el asumir seriamente el riesgo”, dijo Holdren.
Hace unos 66 millones de años, un objeto de 10 kilómetros de diámetros habría caído en lo que hoy se conoce como la Península de Yucatán en México, llevando a la extinción de los dinosaurios, así como de la mayor parte de la vida vegetal y animal en la Tierra.
El asteroide que estalló sobre Rusia el mes pasado es el objeto más grande que ha golpeado la atmósfera de la Tierra desde el evento Tunguska de 1908, cuando un asteroide o cometa explotó sobre Siberia, derribando a 80 millones de árboles en más de 2.150 kilómetros cuadrados. (Fuente: Reuters)