Relata asesinato de su esposa: “Sin darle tiempo de nada a Ana Laura, le pegué en tres ocasiones más en su cabeza con el mismo martillo”

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img_1373518226_8ff3663b0a9ebe16fb02CANCÚN, MX.- “Solamente vi que sus ojos se fueron para hacia arriba y después los cerró. Sin darle tiempo de nada a Ana Laura, le pegué en tres ocasiones más en su cabeza con el mismo martillo. Vi como comenzó a salir sangre de su cabeza y después de un momento salí del cuarto y desde afuera miré hacia adentro donde estaba Ana Laura y vi que ya estaba muerta (…)”.

Esto es parte de la confesión que Jesús Antonio Pasos Pérez hizo ante el Ministerio Público del Fuero Común al ser capturado por la Policía Judicial del Estado (PJE) la noche del martes.

El asesino confeso será consignado por ultrajes a la autoridad y se pedirá una orden de aprehensión en su contra por el delito de homicidio.

Unas horas después de haber asesinado a su esposa, Jesús Antonio Pasos Pérez fue detenido por elementos de la Policía Judicial del Estado (PJE), cuando se encontraba en un domicilio del fraccionamiento Kabah la noche del mismo martes.

Una vez a disposición del Ministerio Público del Fuero Común, Pasos Pérez confesó haber asesinado a su esposa, porque ésta le dijo que se iban a separar, pues ya no lo amaba.
En su declaración ministerial, el asesino confeso dijo que se casó con Ana Laura Marín Espinoza, desde hace 13 años y juntos procrearon tres hijos de 13, ocho y seis años de edad respectivamente.

Fue el lunes por la tarde, cuando Ana Laura comenzó a platicar con sus hijos delante de su esposo y les dijo que esa era la última noche que él se quedaba en la casa, porque se iban a separar.

Les dijo a los niños que ya no amaba a su padre, y a él le dijo que ya no iba a ser lo mismo porque él se iba a ir a vivir con su papá y ella se quedaría en la casa con los niños. Por la noche, la mujer dijo a su esposo que ya no lo amaba y que ya tenía otra relación amorosa, por lo que tenían que separarse.

Esa noche durmieron juntos en la misma cama y al día siguiente, aproximadamente a las 5:00 horas del martes, él se despertó como de costumbre.

Al levantarse se dirigió al baño y después regresó a la cama para despertar a su mujer, se hincó a la orilla de la cama y le dijo a su mujer “Hija porqué me hiciste eso, porqué me dijiste eso anoche, porqué ya no me quieres”.

La mujer contestó: “simplemente se acabó el amor” sin decir más.

El le dijo que si ella quería, olvidaba todo lo que le había dicho, que andaba con otro hombre, porque quería intentar salvar la relación. La respuesta de ella fue “No, ya no”.

El se paró mientras ella se quedó acostada viendo la televisión y se dirigió a la puerta del cuarto y al pasar por el ventilador, vio que en el piso había un martillo. Lo levantó y lleno de impotencia e ira, se dio la vuelta con el martillo en la mano. En ese momento ella se estaba parando de la cama y sin darle ninguna oportunidad porque estaba de espaldas a él, le pegó con todas sus fuerzas en la cabeza, viendo como se fue hacia atrás, suspirando, sin gritar ni hacer ningún ruido.

“Solamente vi que sus ojos se fueron para hacia arriba y después los cerró. Sin darle tiempo de nada a Ana Laura, le pegué en tres ocasiones más en su cabeza con el mismo martillo. Vi como comenzó a salir sangre de su cabeza y después de un momento salí del cuarto y desde afuera miré hacia adentro donde estaba Ana Laura y vi que ya estaba muerta. Solamente me quedé mirando lo que había hecho, después coloqué el martillo dentro de una caja que está por el pasillo lateral de la casa y allí me percaté que había una soga de tendedero en el patio, por lo que lo corté con un cuchillo de cocina el cual dejé en el lavadero. Entré al cuarto y en el hamaquero colgué la soga que había cortado con la intención de colgarme, pero antes volví a salir del cuarto y como sabía que había pintura en un bote que estaba abajo del lavadero, tomé el bote y entré al cuarto, abrí el bote de pintura de color rojo, mientras cruzaba por la cama y al llegar a la pared del fondo escribí con una brocha y letras grandes Esto le pasó por andar de puta. Después fui a donde había colgado la soga y me amarré la soga al cuello y me dejé caer, pero después de tres segundos la soga se rompió porque estaba reseca. Me levanté, me quedé mirando a Ana Laura y le coloqué dos almohadas en su cara” narró.

Después de haber asesinado a su mujer, Jesús Antonio Pasos Pérez salió al pasillo, vio a sus hijos que aún estaban durmiendo y se salió a la calle, tomó un taxi y se dirigió a una casa que está en el fraccionamiento Paseos Kabah, en donde finalmente fue detenido.

El homicida será consignado por ultrajes a la autoridad y el Ministerio Público del Fuero Común solicitará en su contra una orden de aprehensión, por el delito de homicidio; por el que podría ser condenado hasta a 40 años de prisión. (Fuente: Por Esto! de Quintana Roo)

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