Por mala educación tendremos una generación de teiboleras y chapulines: Pablo Pérez Guajardo

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El sacerdote Pablo Pérez Guajardo lamenta que los hijos de gente con dinero tienen más oportunidades que el resto al estudiar en escuelas privadas, lo que incrementa la brecha de desigualdad.

 

PLAYA DEL CARMEN, MX.- Se está criando a una generación de teiboleras y chapulines, sentenció el sacerdote Pablo Pérez Guajardo, que lamentó la pésima educación pública en México, que ni siquiera sirve para conseguir un trabajo básico en un hotel, ya que no brindan conocimientos suficientes en español y matemáticas.

Entrevistado sobre la nota reprobatoria para Quintana Roo en matemáticas y español, el también activista social indicó que la mayor muestra del fracaso del sistema público es la abundancia de escuelas y universidades privadas, una contrastaste realidad a la de muchos otros países cuyo sistema educativo es tan sólido que es prácticamente el único para todos los ciudadanos.

“Todos los directores de escuelas de Playa del Carmen que conozco tienen a sus hijos en escuelas privadas”, lamentó el cura. “Es el gran desastre de la educación”.

Al ser el sistema privado más valorado, significa que los hijos de gente con dinero tienen más oportunidades que el resto, lo que incrementa la brecha de desigualdad.

La falta de retos académicos y horario laxo hace que los niños, cuyos padres generalmente trabajan hasta finalizar la tarde, queden “sueltos y descuidados”, lo que también genera problemas.

“No veo que los niños en las escuelas públicas sepan bailar, ni el jarabe tapatío o cualquier danza folklórica. En las fiestas, los disfrazan de algo y se ponen a dar brincos”, comentó Pérez Guajardo. “No hay interés por su formación artística, y a duras penas ven algo de español y matemáticas.”

Al no enseñárseles a pensar, carecer de dominio matemático y comprensión de lectura, la juventud no es libre, al reaccionar por instinto, lo que los hace manipulables.

“De donde sacarán dinero fácil es de la prostitución y narcomenudeo”, opinó.

En vista del desinterés del magisterio por ver cualquier cosa que no sean sus propios ingresos y carga de trabajo, una opción es permitir la concesión de educación laica y gratuita a organizaciones no gubernamentales o fundaciones que quieran hacer este servicio. Poner planteles que no dependan de la Secretaría de Educación Pública, coludida con los sindicatos, sino de cuerpos profesionales u otras dependencias, para ciertas carreras especializadas. (Noticaribe)

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