4 DE JULIO: El gran mito alrededor de la Independencia de Estados Unidos

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WASHINGTON, EU.- Cada 4 de Julio desde 1776 se celebra la independencia de Estados Unidos, como el gran carpetazo que pondría fin al yugo británico y que además, logró reconciliar a las 13 colonias después de aquel inacabable conflicto entre las mismas. Sin embargo, esta fecha tan representativa para el país norteamericano se ha ido entretejiendo alrededor del mito; como otra expresión más de la reivindicación de la libertad y la consolidación nacional.

Pero como bien sabía George Washington, cualquier leyenda les permitiría construir la tan ansiada y necesaria identidad. La creación de un Estado era crucial para reclamar al Imperio británico su libertad. Pues solo a través de la verdadera emancipación podrían ser señores su destino territorial, que derivaría en la soberanía civil del futuro ciudadano estadounidense —por lo menos de la población blanca—.

George Washington así lo expresaría en una carta a James Madison (el cuarto presidente de Estados Unidos): “La libertad, cuando coge raíces, es una planta de crecimiento rápido”.

De esta manera, tanto el pensamiento liberal del inglés de John Locke como la Ilustración francesa alimentarían ese fuego que le permitió erguirse a la recién nacida nación, para caminar a la velocidad de las grandes potencias de la época.

Ahora bien, el 4 de julio de 1776 no aconteció absolutamente nada relevante. Ni una campanada, ni ningún alarido de victoria; solo fue uno de los muchos días de la transición camino a la independencia. No obstante, en los dos días previos tuvo lugar la votación para aprobar la “Resolución Lee”.

Thomas Paine había escrito en un panfleto titulado “Common Sense”: “Hay algo muy absurdo en suponer que un continente puede ser gobernado para siempre por una isla”, este análisis —el cual rechazaba el dominio del Imperio británico— sumado a las ideas de Richard Henry Lee: “No hay impuestos sin representación” convocaron a los habitantes en aquel sufragio del 2 de julio de 1776; donde por fin la premisa de Henry Lee saldría victoriosa.

Las colonias ya se sentían independientes —o al menos los patrióticos que escribieron la Historia de aquellos días—, a pesar de que todavía no era reconocida la separación por parte de los británicos. Pero para el 2 de agosto de ese mismo año se con la firma anglosajona los deseos de la población norteamericana.

¿Entonces por qué el 4 de julio? Al parecer Thomas Jefferson tras el éxito de la “Resolución Lee” escribiría sobre la independencia (todavía simbólica) en un artículo en el diario “Pennsylvania Evening Post”; y que básicamente se adoptaría como un estado de fe, sobre el cual daría un discurso público el 8 de julio en una plaza exaltando la todavía sin consumar separación. Pero sin embargo la fecha que Jefferson y los demás escogerían, para dar inicio a un nuevo horizonte para los colonos llamado Estados Unidos, seguiría siendo el célebre cuatro.

Como siempre, el interesado es el último en enterarse; y mientras Jefferson había declarado la independencia en un diario local, los británicos estaban a la espera del siguiente movimiento de su creación trasatlántica; cuando el 2 de agosto recibirían el sopapo.

No sería hasta el 2 de agosto de 1776 cuando se materializaría la independencia de Estados Unidos

De esta manera, el origen de Estados Unidos está construido sobre la falsedad, las medias verdades, o mejor dicho del más poderoso de los materiales: la leyenda, o el gran mito que hizo patria.

Reiterando nuevamente que el 4 de julio no pasó nada de valor trascendental para la historia de esa nación, ni tampoco sonó la famosa campana de la libertad; los estadounidenses alzan orgullosos su bandera —la cual tampoco fue tejida por Betsy Ross, como así recogen los libros escolares norteamericanos; si no por Frances Hopkinson—, celebrando su libertad y la integración nacional de aquellas colonias que en su día se llevaron a matar. (Fuente: ABC)

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