Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
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Javier Becerril, colega columnista de este rotativo prestigiado en nuestra región, publicó un artículo sobre el patrimonio biocultural frente al tren maya, publicado el 2 de abril de 2019. Nos ofreció un enfoque innovador sobre el papel que deben jugar los bienes y servicios que provee la naturaleza en las mediciones económicas e impactos de proyectos.
Unas semanas antes, el 27 de febrero, el New York Times publicó un interesante artículo que revisa el libro de Raghuram Rajan, un profesor de economía de la Universidad de Chicago, ex jefe de economía del Fondo Monetario Internacional y ex director del Banco Central de la India. El libro se llama “El tercer pilar: cómo los mercados y el estado dejan a la comunidad atrás”.
La hipótesis central de Raghuram Rajan es que el sistema capitalista esta bajo seria amenaza porque ha dejado de proveer para las masas, y cuando esto sucede hay una rebelión en contra del capitalismo. Por tal motivo, desde la gran crisis financiera mundial de 2008, Rajan hizo un enérgico llamado para que los gobiernos no sigan dándose el lujo de ignorar la grandes y graves brechas de desigualdad social que ocasionan las políticas económicas que implementan.
Bajo las condiciones actuales del capitalismo la educación de calidad es factor relevante; es decir, el incremento cada vez mayor de profesionistas universitarios con baja formación académica juega un papel importante en la reducción de la economía de un país. El círculo vicioso es: escuelas en mal estado y profesores de dudosa calidad, por no tener recursos, forman profesionistas sin talento para enfrentar retos en forma exitosa; esto reduce la probabilidad del crecimiento económico que necesita el país; en consecuencia, no hay recursos para invertir en educación. Y la gente se cansaría finalmente, creando condiciones para protestar contra el capitalismo voraz. Imaginemos este escenario asociado con altísimos niveles de corrupción y estaríamos dibujando a nuestro país.
Normalmente la economía funciona con base en dos pilares. Por un lado, está la inversión del capital privado y el mercado; por otro lado, está la inversión del gobierno que proviene de los impuestos. Esta visión mantiene invisible un tercer pilar, el de la economía comunitaria, muchas veces intangible, especialmente en comunidades indígenas.
Bajo la premisa de que el capitalismo es un sistema que ha demostrado eficacia y que debe mantenerse como sistema económico, Rajan propone que el desarrollo de la economía comunitaria es la única forma de mantener ese sistema, lo contrario conduciría a su desvanecimiento. Debería ser un reto prioritario, para los economistas y el gobierno, encontrar formas innovadoras de participación comunitaria en la economía.
Si bien la premisa de Rajan es válida, no necesariamente es la única. La discusión debe ser alrededor de la pregunta sobre como mejorar e impulsar y potencializar la economía comunitaria de modo que se convierta en un sólido y reconocido pilar de la economía. En este sentido cobra importancia lo que propone Javier Becerril, la aplicación del Análisis Multicriterio que incorpora elementos comunitarios como percepción de la importancia de los recursos naturales y culturales de una comunidad como parte de la economía.
Bajo el nombre de pueblos indígenas y comunidades locales que usa la ONU en las reuniones de COP, es posible diseñar formas innovadoras de desarrollo económico. Para ello se deben entender los principios culturales que funcionan en los trueques e intercambios, en los negocios comunitarios (identificados en la literatura como negocios interculturales) en el valor del conocimiento sobre el manejo sostenible de sus recursos naturales, en el valor de la biodiversidad que han conservado por siglos (alrededor del 80% de los recursos naturales del mundo se encuentran en territorios indígenas y en buen estado de conservación que se explica por su manejo, no por su aislamiento). Asimismo, se debe desarrollar una metodología para medir el PIB comunitario y, especialmente, como se afecta negativamente es PIB cuando políticas y procedimientos público no son eficaces en el manejo de sus tiempos. ¿Quién no ha notado el enorme gasto de tiempo y recursos a que están sometidos los ciudadanos para cumplir con las obligaciones burocráticas púbicas en sus comunidades?
Dadas las condiciones de economía en que se encuentra nuestro país, resultado de malas políticas económicas, no sería mala idea escuchar a Rajan y desarrollar fuertemente en México el tercer pilar: la economía comunitaria.