Altavoz | Las cuatro ‘revictimizaciones’ en agravio de Addisbel

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Tristemente se cumple una semana del intento de homicidio de la cantante cubana Addisbel Pupo Núñez, quien durante estos días ha sido victimizada  una y otra  vez, tras la irracional agresión que perpetró Rolando Castro Santeliz.

Y es que este deplorable episodio ocurrido en Chetumal ha derivado en otros hechos por demás desafortunados, que no solo implican el dolor y las lesiones que sufrió Addisbel, sino el que ha develado una tragedia casi oculta en la violencia género y el de un  sistema de justicia  inservible y, por si fuera poco, también han implicado que se desate la rapiña electoral.

La primera victimización de Addisbel es su angustiante indefensión en un contexto totalmente adverso, que la llevaron de manera inexorable a un destino trágico. Entornos como lo que ha enfrentado esta mujer, se repiten una y otra vez en Quintana Roo y el cúmulo de leyes terminan siendo inservibles.

Casi de inmediato, vino la segunda victimización, cuando medios de comunicación impresos medraron con su tragedia al exponerla públicamente dentro de una patética sinergia del mercado del morbo y que ha puesto a la nota roja como la principal oferta ‘periodística’. Más deprimente ha sido que estos medios no solo evadan olímpicamente su responsabilidad, sino que además sin la mínima calidad moral, se han puesto a repartir culpabilidades.

Incluso el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos, Marco Antonio Toh Euan, se pronunció en contra del indigno trato que algunos medios de comunicación le dieron a esta mujer, en la cobertura de este intento de homicidio.

La tercera victimización es por  la total inoperancia del sistema policiaco y de justicia. No se puede precisar que hubo un ‘moche’ o tráfico de influencias para que Rolando Castro Santeliz saliera libre, pero la ineptitud es peor que la corrupción. Las fallas son una tras otra. La incapacidad es desesperante.

Y la cuarta victimización es el uso electoral que se pretende dar a esta infame agresión.

Una cosa es la politización del caso con señalamientos de activistas de derechos humanos y movilizaciones, que permitieron que la opinión pública se indignara por este abuso, y otra muy diferente, es el intento de usar electoralmente este delirante episodio.

Cuando faltan solo semanas para el inicio del proceso electoral local intermedio, Addisbel se está convirtiendo en estandarte de  grupos partidistas en una enfermiza estrategia para  socavar a sus adversarios. Las culpas se reparten como si fueran bolas de lodo. Quizá esta ha sido “la peor” de las victimizaciones contra la cantante cubana.

El desastre ha sido competo. Queda que la Fiscalía  General del Estado detenga al culpable.

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