Como mantenerse cuerdo en un mundo ‘on-line’ en el que todo parece perfecto

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ARCHIVO - En las redes sociales la vida de los demás parece perfecta. Foto: Christin Klose/dpa Foto: Christin Klose/dpa-tmn/dpa

ALEMANIA.- El ex presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt decía que la comparación es el ladrón de la alegría. Y ni siquiera tenía Instagram.

Los feeds -listados donde aparecen todas las publicaciones de cada persona registrada en la red social correspondiente- están llenos de comidas que te hacen salivar, lugares lejanos de aspecto idílico, y selfies tan buenos que te hacen sentir como un ogro feo.

En el paralelo mundo on-line de los medios sociales, las vidas de los demás parecen ser perfectas. Aunque no es ningún misterio que la mayoría de las imágenes no son espontáneas, los medios sociales pueden provocar efectos negativos en la salud mental de los “espectadores”.

“El uso pasivo es lo que en mayor medida puede empeorar el humor del usuario”, asegura la psicóloga Sonya Utz.

Y decirte a ti mismo que sencillamente no te compararás con los demás no funciona, según un trabajo de investigación sobre la utilización de las redes sociales, el cual establece una correlación negativa entre su uso pasivo y el bienestar.

La gente casi siempre muestra su mejor cara en Facebook, Instagram, etcétera, explica Utz. “La mayoría de usuarios pasivos se comparan a sí mismos con aquellos que consideran mejores”, añade.

Estas comparaciones pueden desencadenar bajos niveles de autoestima e insatisfacción con la vida propia.

Por otro lado, según el citado trabajo de investigación, existe una correlación positiva entre el uso activo de las redes sociales y el bienestar. “Interactuar con otras personas puede incrementar los recursos sociales de los usuarios”, asegura Utz.

Aquellos que escriben comentarios, chatean y discuten con otros encuentran en estos medios una herramienta que puede enriquecer sus vidas.

Para la psicóloga Karin Krümmel, hay una norma en la era on-line que tiene que ser recordada por encima de todas: “La vida real debe ser siempre lo primero”.

El cariño de amigos y familiares es difícil de reemplazar solo con “me gusta” virtuales y seguidores que nunca has conocido en persona. Para evitar la peligrosa tendencia a comparar y evaluar en los medios sociales es muy importante tener una estructura social real estable.

Además, la cuestión de la propia valía también es importante. “Como coach, a menudo trabajo con personas que se sintieron presionadas por los medios sociales”, asegura Krümmel.

“En esos casos siempre aconsejo a la gente que se plantee la pregunta: ‘¿Qué valores son realmente importantes para mí?'” La mayoría contestan lo mismo: honestidad, sinceridad, franqueza, valores que a menudo escasean en las redes sociales.

“Pero se puede aprender a usar las apps on-line con valores propios”, acota Krümmel.

Eso incluye retratarte a ti mismo como quisieras que otros lo hicieran. Esto no es necesariamente algo malo; hay mucha gente que también busca la autenticidad en línea.

Así es como algunas estrellas de Instagram, como Celeste Barber, encontraron a su público. La actriz australiana, que tiene cinco millones de seguidores, toma imágenes perfectas de Instagram y las recrea a modo de parodia.

Una buena idea es tomar nota de las personas con las que uno se compara regularmente on-line, dice Falk Hedemann, quien se ocupa de las redes sociales en su blog y asesora sobre su uso a empresas.

“Podemos elegir a quién seguimos en las diferentes redes”, explica. Aquellos que siguen a personas influyentes y famosas que tienen el objetivo de obtener el mayor número posible de “me gusta” se enfrentan constantemente a un mundo de ilusión.

Los algoritmos también pueden empeorar las cosas: “Distorsionan nuestra percepción, en el sentido de que nuestros verdaderos amigos a menudo tienen niveles más bajos de interacción que las celebridades y por tanto aparecen menos en nuestra lista de publicaciones (feed)”, continúa.

Para recuperar un poco de control sobre lo que ves, mira a quién sigues y elimina a una o dos personas de tu propio entorno, sugiere Hedemann.

Por su parte, Catarina Katzer, especialista en comportamiento digital, propone unos consejos para evitar estar conectado constantemente, como el uso de apps que indican cuánto tiempo se ha empleado el teléfono, o ponerlo fuera de la vista para no estar tentado a mirar la pantalla cada pocos minutos.

Además, en reuniones con amigos o familiares, sugiere que se retiren los teléfonos a todos los presentes y que aquél que compruebe su móvil primero pague la siguiente ronda de bebidas o lave los platos.

Katzer añade que salir de casa sin móvil de vez en cuando también es un buen hábito. Muchas personas se dan cuenta de que no pasa nada por ir a comprar al supermercado o por disfrutar de un almuerzo en compañía sin llevar el teléfono encima. (Fuente: DPA)

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